6 LA MATANZA DE
TEXAS
10 de Julio de
2015, Dar es Salaam.
Salimos de Marangu,
en la falda del Kilimanjaro, y nos dirigimos a Moshi, ciudad en la que “Fer”,
el amigo de Javi, se despedía y cogía un bus hacia Arusha. Después continuaría
sólo hacia Nairobi para tomar el avión allí de vuelta a Madrid y Ponferrada.
Nos ha encantado viajar con él. Siempre atento a ayudar, ha sido buen compañero
de viaje, cargado de humor, de inteligencia y de buen carácter. “Fer”, te echamos de menos. He de añadir que todavía no
tenemos noticias de tu viaje. Internet ha sido inexistente hasta ahora y el
whatsapp se ha ido de vacaciones. Seguiremos intentándolo.
En nuestro camino
hacia el sur paramos a dormir en un camping
muy especial. Nos recibió una joven con acento estadounidense y
prácticamente nos recomendó que saliéramos de allí pitando.
-“El camping está
bastante abandonado” “Antes de decidiros a quedaros debéis mirar los servicios” ”El
dueño no está aquí” ” tened cuidado porque hay serpientes y otros tipos de
animales”…
Nosotros erre que
erre. Cuanto más feo lo ponía, más nos decidíamos a quedarnos allí. El precio
era atractivo y el lugar, aparte del desastre de los “toilets”, que no habían
sido limpiados hace seis meses, era de una belleza extraordinaria. Era una
especie de oasis en medio de una llanura semidesértica, atravesado por un río
que parecía el de Moisés en “Los diez Mandamientos”. El estado de abandono de
las instalaciones y la pinta de un cobertizo que por allí había, recordaba al lugar de “La Matanza de Texas”. Pedimos pollo con patatas fritas y
el dueño se ocupó de matar uno de los pollos que corrían por allí para preparar
la comida. Pese a lo tétrico de la situación, lo pasamos bien en el “Pangani
River Campsite”.
Abandono |
El lugar de "La Matanza de Texas" |
Pasar por Dar Es Salaam fue un auténtico martirio. El atasco empezaba 30 km antes de llegar y la cola para coger el ferry, debíamos cruzar un brazo de mar para llegar al camping playero programado, resultó traumática. Nos ayudó un joven que en un swahili que a penas entendíamos, nos vino a decir que él nos podía colar por el módico precio de 2000 chelines de Tanzania, 80 céntimos de Euro. Nos indicó que le siguiéramos y tras adelantar de forma poco honesta a unos 30 coches, nos puso casi al frente de la cola. Vergonzoso pero práctico. Para recorrer los últimos 30km tardamos más de 5 horas. Dato para no olvidar: NO VOLVER A DAR ES SALAAM.
Coche fúnebre en la cola del ferry |
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