La descubrió
Alegría, en la terraza del restaurante. Al ver que se dirigía al interior salió
disparada a decírselo a la recepcionista. Por el camino iba diciéndonos:
-“¡Mamba verde!, ¡Mamba
verde!
Salimos todos
corriendo, pero en vez de alejarnos, nos acercamos al supuesto lugar donde
estaba el reptil venenoso. También aparecieron al instante la recepcionista y
uno de los camareros armado con una escoba. La serpiente estaba escalando por
una de las columnas del comedor. Al acercar la escoba el trabajador, la
supuesta mamba verde se enroscó en el palo del cepillo, y con un par de
golpecitos el camarero la depositó en el suelo.
-“No es una mamba
verde, es otra especie que no es peligrosa”. Dijo.
Nos tranquilizamos,
pero sólo un poco, porque la bicha era verde casi fluorescente. La pinta era
mortífera. No demasiado larga, como unos 80cm, y bastante fina, como un dedo
meñique.
Una vez en el
suelo, el animal se desplazó alocado. A base de escobazos acabó escondida en
uno de los macizos del jardín del restaurante. Allí quedó. Los camareros
volvieron a sus rutinas, los turistas nos quedamos un poco tensos al principio,
pero poco a poco nos relajamos y a los pocos minutos la calma volvió al lodge.
Sucedió en el
Tarangire Safari Lodge, uno de los hoteles del Parque Nacional Tarangire de
Tanzania. La terraza del restaurante tiene unas vistas espectaculares; se divisa
un extenso valle surcado por un río al que acuden los animales a beber, sobre
todo elefantes. Sentarse allí a pasar el rato disfrutando de la vista es algo
realmente placentero.
El día de parque
estuvo bien, vimos elefantes de todos los colores en un territorio de llanuras
de sabana típicamente africanas. Este parque es famoso por los elefantes y por
los paisajes.
El día anterior
hicimos noche en Mto Wa Mbu ("río de los mosquitos", en swahili). El camping se
llamaba Fanaka, y estaba muy bien. El cocinero se acordaba de nosotros y
nosotros de él. Nos preparó una cena deliciosa compuesta de sopa, buenísima, después
pollo o pescado con una sabrosa guarnición de arroz y menestra de verduras; de postre
un plato de frutas variadas para cada uno. Puede que sea la última cena un poco
sofisticada del viaje. Ya veremos.
El dueño de este camping era un masai. |
Tarangire National Park |
En el mirador del Lago Manyara |
Kilimanjaro. |
Las fotos son fantásticas. No me puedo imaginar cómo será todo in situ. Gracias "tribu Yanes" por invitar a Lola a compartir esta aventura con vosotros.
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