MANGOLA
Preparando la furgoneta para el viaje
Mugwatosha colocando el baúl en la baca. |
Esta es la silla extra que nos hizo Mungwatosha para llevar al séptimo pasajero. |
"Fer", el compañero de clase de Javi, también ayudó con la mecánica. |
De Nairobi a
Arusha fuimos en el “shuttle bus”, autobús rápido, cómodo (a veces se caen los
asientos si los baches son más gordos de lo normal) y puntual. 20 $. Al día
siguiente Miguel Ángel, el cura de Mangola, nos envió un coche con conductor
que nos llevó a la misión. Allí nos dedicamos a preparar la furgoneta, a lavar
ropa y a ordenar los equipajes. Esto, que se dice muy fácil, nos entretuvo
durante cuatro días. Entre tanto, los jóvenes pudieron asistir a una
celebración muy simpática. Resulta que un viejo conocido de M. Ángel y Pepe
cumplía 50 años de matrimonio y decidió hacer un festejo. Allí se fueron todos,
a conocer el pequeño caserío donde habitaba el hombre. Junto a él estaba otro
anciano con cien años recién cumplidos y más de cien descendientes. La misa duró
dos horas; al menos hubo cánticos que, saliendo de las gargantas de los locales,
sonaba a gloria bendita, también hubo comida, conversación y ambiente
agradable.
100 años. |
Este es el paisano que celebraba 50 años de matrimonio. |
Uno de los días
lo dedicamos a visitar el Ngorongoro. Nos llevó Castuli, el chófer de la
misión, en un coche de la misión. Además de disfrutar del paisaje de este
lugar, siempre fascinante, vimos muchos animales. De los “big five” nos faltó
el leopardo, bicho que se suele resistir bastante.
Una de las cosas
que teníamos que preparar aquí era el asiento extra para el sexto pasajero.
Nuestra furgo tiene cinco plazas, y vamos a viajar seis. Le pedí a Mungwatosha,
el encargado de la misión, mano derecha de los curas, que me hiciera un apaño;
en unas cuatro horas nos confeccionó un asiento con respaldo, extraordinario.
Si lo ven los ingenieros de la Volkswagen le copian la idea, seguro.
El día de partida
asistimos a un concurso de tiro con arco de la tribu de los Hadzabé. Yo quedé
tercero. Renuncié al premio, de manera que lo recibió el que quedó cuarto(2 €).
Nos vamos de Mangola como siempre, con buen sabor de boca y con un sentimiento de agradecimiento hacia los curas, inmenso. Hemos gorroneado alojamiento, coche, comida, materiales para reparaciones del coche, material de acampada, etc, etc, etc. Gracias de nuevo, Pepe y M. Ángel.
Estaba en el cuarto de baño de Mangola. |
Siesta en Ngorongoto |
No hay comentarios:
Publicar un comentario