domingo, 12 de julio de 2015

4 MANGOLA

MANGOLA
 Preparando la furgoneta para el viaje



Mugwatosha colocando el baúl en la baca.
Esta es la silla extra que nos hizo Mungwatosha para llevar al séptimo pasajero.
"Fer", el compañero de clase de Javi, también ayudó con la mecánica.

De Nairobi a Arusha fuimos en el “shuttle bus”, autobús rápido, cómodo (a veces se caen los asientos si los baches son más gordos de lo normal) y puntual. 20 $. Al día siguiente Miguel Ángel, el cura de Mangola, nos envió un coche con conductor que nos llevó a la misión. Allí nos dedicamos a preparar la furgoneta, a lavar ropa y a ordenar los equipajes. Esto, que se dice muy fácil, nos entretuvo durante cuatro días. Entre tanto, los jóvenes pudieron asistir a una celebración muy simpática. Resulta que un viejo conocido de M. Ángel y Pepe cumplía 50 años de matrimonio y decidió hacer un festejo. Allí se fueron todos, a conocer el pequeño caserío donde habitaba el hombre. Junto a él estaba otro anciano con cien años recién cumplidos y más de cien descendientes. La misa duró dos horas; al menos hubo cánticos que, saliendo de las gargantas de los locales, sonaba a gloria bendita, también hubo comida, conversación y ambiente agradable.
100 años.














Este es el paisano que celebraba 50 años de matrimonio.
Uno de los días lo dedicamos a visitar el Ngorongoro. Nos llevó Castuli, el chófer de la misión, en un coche de la misión. Además de disfrutar del paisaje de este lugar, siempre fascinante, vimos muchos animales. De los “big five” nos faltó el leopardo, bicho que se suele resistir bastante.
Una de las cosas que teníamos que preparar aquí era el asiento extra para el sexto pasajero. Nuestra furgo tiene cinco plazas, y vamos a viajar seis. Le pedí a Mungwatosha, el encargado de la misión, mano derecha de los curas, que me hiciera un apaño; en unas cuatro horas nos confeccionó un asiento con respaldo, extraordinario. Si lo ven los ingenieros de la Volkswagen le copian la idea, seguro.
El día de partida asistimos a un concurso de tiro con arco de la tribu de los Hadzabé. Yo quedé tercero. Renuncié al premio, de manera que lo recibió el que quedó cuarto(2 €).


Nos vamos de Mangola como siempre, con buen sabor de boca y con un sentimiento de agradecimiento hacia los curas, inmenso. Hemos gorroneado alojamiento, coche, comida, materiales para reparaciones del coche, material de acampada, etc, etc, etc. Gracias de nuevo, Pepe y M. Ángel.


Estaba en el cuarto de baño de Mangola.

Siesta en Ngorongoto

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